Cuando necesitas una forma sencilla de recubrir formas extrañas, la fábrica de procesamiento de moldes Jimo Qiyuan Hangxing apuesta por su acabado de inmersión. La fórmula, mezclada a partir de polvos de PTFE y adhesivos resistentes, fluye de manera uniforme sin importar lo irregular o retorcida que sea la pieza.
Una vez que se sumerge la pieza, la superficie se seca formando una capa deslizante que rechaza completamente la acumulación de residuos. Cables, engranajes pequeños, e incluso componentes de circuitos se deslizan fácilmente, ahorrando mucho tiempo de limpieza.
El sumergido también significa que cada esquina oculta queda sellada, por lo que no queda metal ni plástico al descubierto para que se oxide o corroe. Además de eso, el recubrimiento repele los químicos, resiste el desgaste diario y permanece firme bajo el calor que haría cocer la mayoría de las pinturas.
Uno de los protagonistas silenciosos de este proceso es su adherencia; la película se adhiere al metal, vidrio u otros plásticos de alta tecnología sin pelarse. Sumado a eso, cuenta con la aprobación de la FDA y la certificación SGS, lo que lo convierte en un elemento adecuado para la electrónica, el automotriz o incluso equipos hospitalarios. Para fábricas que manejan líneas masivas, esa combinación de durabilidad y liberación confiable es tan sólida como puede ser.